06/04/2012

Ansiedad y depresión, un duro golpe para el corazón.

En España, los trastornos de ansiedad afectan a 2 de cada 10 adultos.



- La mayoría de las personas que padecen ansiedad no buscan ayuda y sufren innecesariamente puesto que tiene solución

- La depresión incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y también empeora su pronóstico

- Los buenos hábitos de salud pueden tener un efecto protector contra la depresión

- El coordinador del Club Cardiosaludable Riojano, el cardiólogo Julio Martínez Florez, acompañó el pasado martes 7 de febrero a las 20,00 horas en el Centro Cultural Caja Rioja-Gran Vía a la psicóloga del Hospital Viamed Los Manzanos, Rosa María Hidalgo Rodríguez, en una nueva conferencia del Club Cardiosaludable dedicado en esta ocasión a dos enfermedades muy de nuestro tiempo: la ansiedad y la depresión

- La ansiedad, conocida como la enfermedad silenciosa, viene producida por una serie de miedos irracionales que superan al propio individuo generando una sensación de incapacidad que afecta a la persona tanto física como psicológicamente

- La ansiedad a menudo desemboca en depresión. En España se calcula que sufren esta patología unas seis millones de personas, aunque la mitad de los casos están sin diagnosticar

- La depresión dificulta la rehabilitación y el tratamiento de las enfermos cardiovasculares favoreciendo las complicaciones, ya que provoca estilos de vida que no son saludables como la inactividad, el tabaquismo y la dificultad para seguir los tratamientos recomendados para los problemas del corazón

- El control de los factores de riesgo cardiovascular, los cambios de hábitos, la ayuda psicológica y el apoyo social son algunos de los pilares sobre los que se asienta su prevención y tratamiento


Logroño, febrero de 2012.- El pasado martes 7 de febrero a las 20,00 horas en el Centro Cultural Caja Rioja tuvo lugar una nueva conferencia del Club Cardiosaludable Riojano que coordinó el cardiólogo Dr. Julio Martínez Florez y la misma se centró en esta ocasión en la ansiedad y la depresión. La psicóloga del Hospital Viamed Los Manzanos, Rosa María Hidalgo Rodríguez ha sido la encargada de impartirla. La crisis que estamos viviendo afecta a todos los ámbitos de nuestra vida, desbarata expectativas económicas y laborales y, a la postre, familiares, personales y sociales. En estas circunstancias se disparan dos respuestas con las que nuestro organismo reacciona ante la dificultad de adaptación a los cambios o a la preocupación continua: ansiedad y depresión, trastornos que afectan de forma muy importante a la salud de nuestro órgano vital más importante: el corazón.

La ansiedad es uno de los trastornos más frecuentes en la sociedad actual. Muchas personas sufren ansiedad sin conocer cuáles son sus síntomas ni cuáles pueden ser sus consecuencias. La ansiedad puede estar relacionada con el estrés, el pánico, producir trastornos de la alimentación o desembocar en depresión. Es cada día más frecuente y abarca un abanico cada día más amplio de población. Afecta en mayor medida a las mujeres (el doble), estudiantes y puede darse en los niños.

Taquicardias, ahogos, mareos, hiperactividad, agorafobia o trastornos del sueño, son solo algunos de los “avisos” que lanza nuestro cuerpo cuando se padece ansiedad. Ésta enfermedad merma la calidad de vida de la persona, la limita y la lleva a vivir en un permanente estado de infelicidad. “La ansiedad es una emoción connatural al ser humano, necesaria para vivir, pero cuando domina y paraliza la vida del sujeto se convierte en enfermedad. Conocerla y aprender a manejarla es el primer paso para vencerla”, explica la especialista.
El número de casos de ansiedad en nuestro país ha aumentado en los últimos años en paralelo a los casos de depresión, enfermedad que ya afecta a un 10-15% de la población. Y es que ansiedad y depresión van de la mano. De hecho, entre un 50 y un 90% de los enfermos con depresión presentan síntomas de ansiedad.

Las personas con enfermedades del corazón son más propensas a sufrir trastornos depresivos y las personas con depresión tienen un riesgo más alto de desarrollar problemas del corazón. Entre los pacientes con enfermedades cardiacas, un 20% sufre depresión. La situación se agrava en aquellas personas que sufrieron un infarto, entre las que la depresión se incrementa hasta alcanzar un 65 % de los casos.

La presencia de síntomas depresivos conlleva, en todos los pacientes en general, la merma en las ganas de luchar y vivir, con la consiguiente desidia para seguir las indicaciones de las pautas médicas. El paciente con insuficiencia cardiaca desatiende su cuidado, como la dieta y el ejercicio, y a menudo se producen olvidos de visitas médicas y de exploraciones. Cuanto más larga es la evolución de la enfermedad, mayor probabilidad de padecer un trastorno ansioso-depresivo. La dolencia provoca en estos pacientes un notable desgaste emocional a lo largo de los años, con la necesidad de adaptaciones sucesivas a situaciones físicas y psicosociales cambiantes.