La neuroestimulación en los niños con hiperactividad
La impulsividad y la hiperactividad está presente en el 80 por ciento de los niños varones con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), por lo que se ha demostrado que la neuroestimulación, que consiste en aplicar impulsos eléctricos de baja intensidad no invasivos en las zonas afectadas por el trastorno, mejora su capacidad de autocontrol.
A través de un diagnóstico basado en el mapeo cerebral en 3D, los expertos identifican las disfunciones en la actividad eléctrica de las áreas del cerebro afectadas por el TDAH. Con esta información, nada más empezar la sesión se coloca el casco al niño y se ponen los electrodos sobre las zonas afectadas por el trastorno, enviando unos impulsos eléctricos.
Los niños impulsivos tienen una dificultad en el control motor y, en consecuencia, en el control de las habilidades como la concentración y la atención. Normalmente suelen ser niños con un bajo sentido del riesgo por lo que no son capaces de reflexionar sobre las consecuencias que tendrán sus actos. Ello comporta que no piensen antes de actuar, que les cueste relacionar aprendizajes o vivencias pasadas con situaciones similares, y que en definitiva, no consigan aprender de sus errores.
Por ello, la psicóloga del centro innea, Elsa Martín, ha señalado que “en innea apostamos por la neuroestimulación porque, al ser una terapia principalmente pasiva en la que el paciente no debe llevar a cabo ninguna actividad concreta, nos permite establecer mayor relación con el niño. Gracias a ello, mientras esta técnica trabaja, abordamos necesidades concretas como el control de impulsos o las habilidades sociales, fomentando la concentración y la motivación del paciente”.
Cada sesión dura aproximadamente unos 20 minutos y suelen programarse dos sesiones por semana para que no pase demasiado tiempo sin estimular las áreas afectadas. Tras un mes de tratamiento aproximadamente los padres y maestros de estos niños ya empiezan a ver una mejoría.
Por otro lado, una de las claves de innea es ofrecer un tratamiento combinado de neuroestimulación, psicoterapia y psicopedagogía para aumentar la efectividad del mismo. Por ello, mientras la neuroestimulación trabaja, el paciente puede realizar ejercicios con la psicóloga, como fichas de concentración, laberintos o sopas de letras, o con la psicopedagoga, con la que aprende técnicas para preparar los exámenes y refuerza sus hábitos de estudio.
Además de ejercicios, también se llevan a cabo juegos paralelos que requieran de concentración o control de la impulsividad como el ajedrez, el ‘mikado’ o el ‘memory’, siempre priorizando aquellos que el niño prefiera.
Según una reciente encuesta realizada por el centro a los padres y maestros de sus pacientes, el 90 por ciento de los niños tratados con esta técnica han reducido los conflictos en casa y el 80 por ciento ha mejorado sus notas. Tal como comentan sus padres y profesores, estos niños han mejorado la capacidad de estudio, ahora es posible razonar con ellos y se paran a escuchar lo que se les pide y, por supuesto, han aumentado su motivación por los estudios.
Como consecuencia, la relación con sus padres y maestros mejora y ellos se sienten comprendidos tanto en casa como en el colegio. En definitiva, estos niños pueden llevar una vida con mayor calidad tanto a nivel personal como social y académico.