5 claves para manejar la ansiedad
Es posible enfrentar la ansiedad si nos esforzamos en poner en práctica algunas estrategias que vienen demostrando su eficacia.
La ansiedad puede ser entendida como un estado generalizado de angustia, intranquilidad, miedo y opresión, en el que muchas veces las causas no son conscientes para quien las experimenta y que conlleva una serie de manifestaciones fisiológicas, como la alteración del ritmo cardiaco y respiratorio, sudoración, rigidez muscular, sensación de inestabilidad y mareos.
Podríamos asegurar que la ansiedad es una sensación universal, todos la experimentamos en determinados momentos de nuestra vida, especialmente cuando enfrentamos situaciones en las cuales no nos sentimos plenamente seguros, como puede ser una entrevista de trabajo, una visita al médico, un examen importante o incluso una primera cita.
Además, forma parte de nuestro mecanismo de supervivencia ya que nos mantiene alerta cuando percibimos algún elemento amenazante para nuestra integridad, esta nos permite evitar o escapar de situaciones riesgosas al agudizar nuestras facultades de percepción y acción, y como tal es un estado pasajero que tiende a desaparecer cuando lo hace el elemento amenazante.
Sin embargo, existen estados patológicos de la ansiedad y cuando no es abordada adecuadamente comienza a afectar de forma negativa la vida de la persona en muchos niveles diferentes, tendiendo más a estados emocionales dominados por el miedo, la ira y la tristeza, generando alteraciones en los hábitos biológicos como mala alimentación, insomnio, disminución en la capacidad para mantener la atención y concentración, y por ende para finalizar tareas y cumplir objetivos, lo que puede afectar el rendimiento académico o laboral, así como aislamiento por miedo a enfrentar nuevas experiencias, y empobrecimiento de las relaciones interpersonales.
Incluso pueden devenir patologías más serias como los trastornos por ansiedad generalizada, las fobias, los trastornos obsesivos-compulsivos, adicciones, desordenes alimenticios, entre otros.
De allí la importancia de resguardar nuestra salud mental. Cuando somos conscientes de ello y dedicamos parte de nuestra atención a promover hábitos psicológicos positivos podemos mejorar nuestra manera de relacionarnos con el mundo y con nosotros mismos.
- Apuesta por el aquí y el ahora
- Respira y ten conciencia de tu cuerpo
- Acepta tus estados emocionales “negativos”
- Puedes autoafirmarte
- Se amable contigo mismo
No te demandes perfección, en tu camino de aprendizaje tienes derecho a equivocarte, a tomar tus propias decisiones, así que no dudes en tomar para tí todo el tiempo que necesites.
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